martes, 22 de abril de 2008


“García perdió el respaldo de los más pobres, que no sienten una recuperación económica"


Directores de encuestadoras señalan que la ciudadanía percibe que hay ineficiencia en el manejo del gobierno.

Ana Núñez.


Ad portas de llegar a su segundo año de gobierno, el presidente García ha perdido un amplio respaldo popular y diferentes encuestas revelan que la aprobación a su gestión es casi la mitad de la que tuvo al asumir el cargo. ¿Qué hizo mal? ¿Qué sectores le dieron la espalda? Según diversos analistas, el mandatario ha perdido el respaldo de los sectores más pobres del país, debido a que para ellos la recuperación económica es muy lenta.

Habría que indicar que de acuerdo con la encuesta realizada por la Universidad de Lima en abril, en el nivel socioeconómico E García obtiene una aceptación de apenas 19.1%. La encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, entretanto, promedia los sectores D y E, donde el Jefe del Estado alcanza un 26% de respaldo.

REDUCCIÓN DE LA POBREZA

Sobre esta hipótesis nos habla Luis Benavente, director del Grupo de Opinión Pública (GOP) de la Universidad de Lima. El analista afirma que en general la recuperación económica es muy lenta porque hay un problema de redistribución al no haber una suficiente capacidad del Estado en la gestión pública.


"Si hubiera mayor eficiencia y mayor transparencia en la administración de los fondos públicos que administra el gobierno, habría una mayor reducción de la pobreza. Esto está ligado al tema de corrupción", explicó Benavente.


El director del GOP consideró que todo ello hace evidente que el modelo económico funciona mejor "arriba que abajo", y que ello explica por qué la aprobación del mandatario en el segmento A es el doble que su aprobación en el sector E.


"Las investigaciones dicen que el presidente García ha perdido mayor respaldo entre los pobres, y por eso él insiste, por ejemplo, en ir a Puno, que es un paradigma de la pobreza", sostuvo, y agregó que esa situación se ve agravada por temas coyunturales como el alza de los precios de los alimentos.


Pero Benavente considera también que el aparente cambio de posición ideológica del Jefe del Estado le ha quitado el respaldo de esos sectores pobres. "En campaña, García se ubicó al medio. Incluso hubo un spot que ayudó mucho a su triunfo, en el que él criticaba a la derecha de los ricos. Ahora, los sectores empobrecidos ven al gobierno muy cercano a la derecha que antes fustigó", dijo.


Manuel Saavedra, director de CPI, coincidió en que los sectores más bajos son los que rechazan la gestión presidencial. Señaló que una de las razones que explican esa situación es que la aceptación de un gobierno está en función de cuanta obra pública hace en beneficio de la gente más necesitada, y en este momento no se percibe que se estén realizando obras importantes que tiendan a beneficiar a la ciudadanía.


En segundo lugar, consideró que los programas sociales del gobierno no están dando resultados y no hay una percepción de que estén cumpliendo una verdadera función de apoyo a las clases más necesitadas.


Al igual que Benavente, Saavedra afirmó que pese a contarse con los recursos económicos necesarios, el gobierno no hace buena gestión.

"La ciudadanía percibe un gobierno con muy poca capacidad y eficiencia de manejo de gobierno, entonces se tiene un país con posibilidades económicas, pero una población con expectativas insatisfechas", manifestó el director de CPI.

Grave problema comunicacional

Luis Benavente y Manuel Saavedra coincidieron, también, en que uno de los más graves problemas del gobierno es que tiene malas políticas de comunicación social.


"El mismo gobierno ha admitido que tiene problemas de comunicación con la población. A veces los voceros se contradicen, otras veces hay temas que no terminan de ser aclarados, o finalmente hay confusión en los mensajes", criticó Benavente, director del GOP de la U. de Lima.


Manuel Saavedra, por su parte, señaló que no considera que un cambio de gabinete pueda ayudar a resolver los problemas del gobierno.


"El país necesita cuadros que estén en los diferentes ministerios y en las diferentes empresas públicas. Por lo tanto, el gobierno debería hacer una reingeniería y ser más efectivo en una gestión de beneficio a las grandes mayorías.


La ciudadanía quiere un gobierno que muestre resultados", indicó.
Opiniones. Cuestión de tiempos
La frase "otorongo no come otorongo" es lo peor que le puede pasar a una instancia de gobierno.

Por Pepi Patrón

La Republica

Congreso. Con tantos faltones, mudos e ineficientes, se impone la renovación por tercios.

Cómo conciliar el escándalo en el Banco de Materiales con la repartición de bolsas de alimentos a los más pobres de Lima? Según la información de la que se dispone, entre junio de 2005 y setiembre de 2006, 74 trabajadores de dicha empresa obtuvieron préstamos para el programa Vivienda para Todos, en Los Álamos.


¿Cómo pretender que la población recupere la confianza en la política, en las instituciones del Estado, en los partidos, cuando son fuente de escándalo y corrupción? ¿Cómo conciliar el crecimiento económico con la sensación entre los más pobres del aumento de precios? Son ellos los que más sienten la inflación pues más del 80% de su presupuesto se va en alimentos.

Preguntas difíciles cuando el ciudadano y la ciudadana de a pie (de micro y de tico) sienten al Estado tan pero tan lejos que solo les puede inspirar desconfianza. El último Reporte Electoral de la ONPE da cuenta de que hasta el 20 de febrero de este año se han adquirido 1,149 kits para solicitar consultas populares de revocatoria de autoridades regionales y municipales.


El malestar es claro. ¿De qué maneras puede el ciudadano expresar su descontento, o mejor, cómo canalizarlo sin que se manifieste electoralmente por la aventura o la improvisación cuyos resultados ya conocemos?

Ya he señalado más de una vez que, en vez de partidos, tenemos desde 1990 máquinas electorales que surgen cada cinco años y que terminan decepcionando a los electores. Sin programas, sin ideologías, sin proyectos, solo el "marketing político" que apunta a ganar elecciones.

Hay que discutir y plantear las reformas necesarias para mejorar nuestro sistema de representación política. Y hacerlo en los tiempos oportunos. Debe haber renovación por tercios o de la mitad del Congreso. Con ello se puede permitir a los ciudadanos pronunciarse sobre la marcha del legislativo.


Mantener a los que se consideran dignos de quedarse o revocar a aquellos que solo contribuyen a su desprestigio. La tan popular frase "otorongo no come otorongo" es lo peor que le puede pasar a una instancia de gobierno: la idea de cuerpo, de impunidad, de protección de los delitos, sólo redunda en el desprestigio y la falta de legitimidad de un poder crucial en la vida democrática.

Otros asuntos urgentes pendientes: la bicameralidad, la discusión del voto preferencial que pudo haber tenido un sentido democrático en su momento pero que se ha convertido en una competencia salvaje entre candidatos de una misma lista.


Si históricamente tuvo sentido para romper el control de los partidos en el orden de las listas para permitir que los ciudadanos tuvieran una palabra, ahora resulta contraproducente.

Muchas de estas decisiones dependen de los tiempos. Pongamos un ejemplo que va en otro sentido. En Paraguay, que realiza sus elecciones generales hoy y que podrían significar que el partido que viene gobernando hace sesenta años –el partido Colorado, creación del dictador Stroessner–, pierda las elecciones, el voto preferencial podría tener muchísimo sentido.


El control de la cúpula partidaria es férreo y la democracia interna muy discutible.

El caso paraguayo ilustra bien las diferentes necesidades de reforma política que tienen nuestros países. En el Perú la supresión del voto preferencial es vital; en Paraguay su instauración podría significar un gran cambio.



En el Perú la financiación pública de los partidos podría significar más transparencia, en Paraguay lo tienen hace años y no significó más que la constante denuncia del uso de recursos públicos para fines particulares. En el Perú y en Paraguay la renovación por tercios o por mitades del legislativo puede ser muy importante.

Es que la política no se puede, no se debe, disociar de la historia de cada país. Debe ser dinámica. Y en nuestro caso esta dinámica impone reformas que contribuyan a redignificar la política, los partidos, las instituciones, el Estado.


Y si es en tiempos no electorales, tanto mejor. Cada comunidad política debe tomar sus propias opciones. Me parece que las nuestras no son tan difíciles de ver.

DESPUES DE APEC.... QUE?