Se llama Rolando Quesada, es su brazo derecho y fue procesado y sentenciado a 12 años de prisión por tráfico de drogas en 1999. Qué dirá ahora Alan García.
El hermano narco de Quesada
La foto que aparece en la última edición de la revista “Caretas” muestra a Alan García iniciando un baño de masas en una visita a Ayacucho, en junio de 2007, seguido a unos pasos por el jefe de Cofopri y ex presidente regional, Omar Quesada, y, más atrás, su hermano Rolando Quesada quien, como lo recuerda la misma revista, fue procesado y sentenciado por tráfico de drogas en 1999. Una verdadera bomba.El presidente García aparecía en una foto, con un dirigente aprista de primera línea y su hermano narcotraficante y un día antes envía al Congreso un proyecto de ley para que los partidos a los que se pruebe vínculos con el narcotráfico puedan ser eliminados del registro oficial y, por tanto, impedidos de participar en elecciones. Si García pensó que estaba mandando un misil Palacio-Congreso, para poner contra la pared a los nacionalistas, recordándoles el caso Obregón (actualmente separada del PNP, mientras dura la investigación sobre la denuncia contra su ex conviviente), le falló la puntería. La revista, que normalmente es más que condescendiente con el estilo presidencial, ha puesto sobre la mesa un documento que seguramente se estima más potente que cualquier “petroaudio”. El caso de Rolando Quesada Martínez, conocido como “Chalo”, era conocido en medios políticos, desde hace varios años, especialmente por varias peleas callejeras protagonizadas en la plaza de armas de Ayacucho con etnocaceristas, izquierdistas y elementos de otras fracciones apristas. En varias oportunidades habían circulado volantes recordando las tropelías del “Chalo” y su paso por la cárcel en un caso de decomiso de 53 kilos de pasta básica de cocaína. Evidentemente este pasado no le impidió seguir cerca del hermano y continuar usando los instrumentos contundentes que son los que mejor maneja.En su ficha personal en Infocorp, “Chalo” aparece sin ocupación conocida, cambiando de vivienda cada año y residente a veces en Lima y otras en Ayacucho. En realidad una joyita, que no le hace ningún favor a las pretensiones políticas de Omar, aunque algunas fuentes señalan que Rolando fue a la cárcel para cubrir a otros, en esa práctica de silencio que ha hecho famosos a Mantilla y a Rómulo León. En todo caso la súbita aparición del caso en un medio de comunicación importante, significa una verdadera declaratoria de guerra contra el secretario general institucional, elegido en el Congreso del Apra en marzo, y que hasta hace muy poco venía insistiendo en que deberían profundizarse las investigaciones sobre el otro secretario general, Jorge del Castillo, por las acusaciones de corrupción que recaen sobre su cabeza.Si estamos ante un enfrentamiento entre los dos dirigentes principales del partido de gobierno, con denuncias que apuntan a la destrucción del adversario, es algo sobre lo que cada quien debe armar sus propias conclusiones. Lo que sí llama la atención es que los mismos medios que han tratado de salvar al “Tío George”, poniendo en carátula que Giannotti era una mentirosa a la que no había que creerle, que se compadecieron del ex premier que, pobrecito, era víctima de una campaña y relativizaron la catarata de pruebas que lo han seguido hundiendo en el fango, en medio de cada vez mayores contradicciones, son ahora los que dicen que Quesada está hasta el queso. El problema es que la opinión pública está llegando por su cuenta a una conclusión más seria, según la cual el gobierno y el partido oficial se están descomponiendo por todos lados. Hay repugnancia en el ambiente. Y parece que nadie puede quedar por encima de toda sospecha. Raúl WienerUnidad de Investigación